Luego de dar a luz a nuestros niños, se hace un tanto difícil volver a tener esa figura que gozábamos antes. Cuando somos madres, influyen muchos factores por los cuales nos cuesta perder peso. Recordando que, antes de salir embarazadas, poseíamos un cuerpo espectacular.
Hay que tener en cuenta que cuando uno sale embarazada se produce un cambio en nuestro organismo, pues así también nos pasa con nuestros hábitos alimenticios y siempre nos hacen referencia a que uno debe comer bien y de todo un poco para que el bebé nazca sano y saludable.
Los antojos antes y después del embarazo
Cuando la mujer se da cuenta que está embarazada, automáticamente empieza a provocarle un sinfín de antojos, tiene un chip que le indica por ejemplo complácete y come ese delicioso quesillo, o esa torta de chocolate que tanto te llama la atención.
Y es de allí en adelante que uno se dice “comerme un postrecito después de la comida no me hace daño” y de esa forma uno empieza a comer esas ricuras después de cada comida y, sin darnos cuenta, estamos ingiriendo más harina de lo que deberíamos comer, aunque después venían las ganas de vomitar, pero ¿cómo resistirse a un buen postre o una comida que se siente y huele tan deliciosa?
Desempeño del nutricionista
El especialista en nutrición maneja la hipótesis de que los alimentos no tienen consecuencias verdaderas ni falsas, solamente tiene que ver con la proporción de comida a ingerir y, según este pensar, si le beneficiará o perjudicará su organismo.
El alimentarse y comer es una sensación de placer inigualable, pero no significa que nos estamos nutriendo bien o mal. Alimentarse significa comer, tomar una actitud positiva ante la conducta alimenticia, que no tenga que descartar, más bien moderar la ingesta de los alimentos. Lo importante no es querer hacer una dieta para bajar de peso, más bien aprender a distribuir y combinar los alimentos sin necesidad de eliminarlos.
Los cambios y sus diferentes fases
La fase de la admiración y desarrollo: el especialista en nutrición sugiere, orienta y explica de qué manera influye cambiar los hábitos alimenticios a la salud. Al mismo tiempo, explica que se puede tomar la delantera a los probables inconvenientes que se puedan conseguir durante esta fase, pero al mismo tiempo se debe planear la preparación de las comidas para la fase de desarrollo.
La fase de trabajo y sustentación: en esta fase es muy importante mantener las visitas periódicas al nutricionista ya que ellas te ayudarán a mantenerte motivada y lograr bajar de peso y seguir adelante en este proceso tan significativo para tu salud.
Actualmente, en las mamás se ha desencadenado un sinfín de patologías atribuidas a una mala alimentación y a una vida ajetreada, como es el caso de la hipertensión, la gordura y los trastornos de la glicemia, por lo cual es necesario la recomendación nutricional. En el mismo orden de ideas, tenemos las alergias producidas por algunos alimentos que pueden llegar a ser sucesivas y requieren la asesoría del especialista.